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Inspira legado de Benito Juárez el compromiso del Cabildo de Oaxaca de Juárez

Al pie del monumento erigido en su honor en el Cerro del Fortín, el Presidente Municipal, Oswaldo García Jarquín, encabezó una ceremonia cívica para reconocer el legado juarista.

Al pie del monumento erigido en su honor en el Cerro del Fortín, el Presidente Municipal, Oswaldo García Jarquín, encabezó una ceremonia cívica para reconocer el legado juarista.

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, a 18 de julio de 2020.- En el CXLVIII aniversario luctuoso de Benito Juárez García, el Cabildo del Honorable Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez refrendó su definición y adherencia a los principios republicanos de libertad, justicia y democracia, afirmó el regidor de Reglamentos y Nomenclatura Municipal y de Contraloría y Gobierno Abierto, René González Sánchez, en una ceremonia cívica encabeza por el Presidente Municipal, Oswaldo García Jarquín.

En el Cerro del Fortín, al pie de la estatua erigida en honor de quien además de gobernador de Oaxaca fuera regidor del Ayuntamiento de Oaxaca, el orador oficial recalcó que la incansable labor, honradez y valor de Don Benito Juárez García deben ser un permanente recordatorio de que el trabajo por el pueblo de Oaxaca de Juárez, del Estado y de nuestro país, no tiene descanso.

González Sánchez citó en su mensaje:

“Incluso, en sus últimas horas, el coloso de Guelatao no se detuvo:

El 17 de julio de 1872, a las seis de la mañana, el presidente Juárez, como era su costumbre, se encontraba alistándose dispuesto a pasar a su despacho para atender asuntos de gobierno. En su oficina lo esperaba Don Darío Balandrano, redactor del Diario Oficial, quien le comentaba todos los días las noticias relevantes que aparecían en los periódicos.

Pasado un momento, el presidente le señaló que no se encontraba bien; se disculpó y suplicó a su interlocutor que lo esperara un momento. Salió de la habitación rumbo al Salón de Iturbide, donde permaneció unos minutos. Recuperado de la dolencia, Juárez llamó a Balandrano y concluyeron el trabajo.

Al día siguiente, contra su costumbre, Juárez no se levantó a las seis de la mañana. Permaneció acostado, ordenó a su familia que no se divulgara su mal, pero llamaron al doctor Ignacio Alvarado.

A las once de la mañana del 18 de julio le vino un ataque repentino. El doctor Alvarado ordenó que le trajeran una bandeja con agua hirviente, con pinzas empapó un lienzo y se lo aplicó a la altura del corazón.

En las horas de la agonía de Juárez, siguió trabajando: José María Lafragua pidió audiencia, en un primer momento Juárez mandó decir que se esperara al día siguiente, pero regresó. En esos momentos Juárez sentía los dolores más intensos, hizo un esfuerzo y recibió al ministro.

A la hora de marcharse Lafragua, Juárez recibió al general Ignacio Alatorre; por la noche, a las siete, enterado de la enfermedad del presidente Juárez, acudió a Palacio Nacional el general Ignacio Mejía, ministro de Guerra.

A las diez treinta de la noche acudieron otros ministros, a las once Don Benito pidió a su sirviente Camilo Hernández que le oprimiera el tórax, donde sentía el dolor.

A las once y media de la noche murió en sus modestas habitaciones de Palacio Nacional, espejo de su vida de honradez.”

En el acto cívico, donde se acataron de forma estricta las medidas sanitarias ante la pandemia por COVID-19, René González Sánchez manifestó que “el pensamiento y la obra juarista parten de aquellos actos de gobierno que buscan el bien del pueblo” y enfatizó que “en la Cuarta Transformación tenemos un gobierno para el pueblo, que lleva por guía la obra y el pensamiento del Benemérito de las Américas”.

Además, recordó en su mensaje que el Benemérito de las Américas, como Gobernador de Oaxaca, sentó las bases para la modernización de la entidad y reconoció las potencialidades de su pueblo, promoviendo que las obras públicas fueran desarrolladas por manos oaxaqueñas, proveyendo oportunidades de desarrollo mediante la fundación de centros de educación superior, y manteniendo la austeridad en el gasto público al eliminar los dispendios de las arcas del gobierno.

“Siendo Presidente de la Nación, mantuvo el apostolado del servicio al pueblo mediante la proeza de la República Itinerante, lo que dotó de legitimidad al gobierno constitucional en todo el territorio nacional: primero ante los conservadores y después contra la Invasión Francesa, logrando, tras largas jornadas de lucha, la consolidación de un Estado con un sistema jurídico liberal y profundo sentido social”, acotó.

Como parte del acto solemne, el edil Oswaldo García Jarquín, el Secretario General de Gobierno del Estado de Oaxaca, Héctor Mafud Mafud, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Eduardo Pinacho Sánchez, el representante de la 28va. Zona Militar, el General Miguel Ángel Antonio Sánchez Blancas, el Síndico Hacendario Jorge Castro Campos  y el concejal René González Sánchez montaron una guardia de honor y depositaron una ofrenda floral al pie de la estatua del coloso de Guelatao.

Acompañaron al Presidente Municipal los concejales Indira Zurita Lara, Luis Zárate Aragón, Ismael Cruz Gaytán y José Manuel Vázquez Córdoba, así como el secretario del Ayuntamiento, Constantino Ramírez Aragón, y miembros del Gabinete del Gobierno Municipal de Oaxaca de Juárez. 

En el contexto de esta significativa fecha, el Ayuntamiento capitalino también depositó ofrendas florales en los monumentos erigidos en honor a Benito Juárez García, en el Paseo Juárez “El Llano” y en la Agencia Municipal de Trinidad de Viguera.

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