FUENTE: LA JORNADA/AFP.
Los Ángeles. Cuando al veterano actor de Hollywood Gregg Daniel le ofrecieron una audición para una película, casi no se presenta: la pandemia ya golpeaba Los Ángeles y «nadie estaba filmando».
«Casi dudé en ir a la audición», dijo Daniel. «Soy afroamericano, tengo más de 50 años y la gente negra estaba muriendo desproporcionadamente por Covid-19… pero el guión era tan bueno, y soy un actor de corazón».
Daniel acaba de terminar de rodar el drama de boxeo 7th & Union, filmado en las calles escalofriantemente solas de la capital del entretenimiento de California.
«Todo salió bien» y de manera segura gracias a las constantes pruebas diagnóstico, a los «oficiales de la Covid» en el set, a las estaciones de saneamiento y al distanciamiento social forzado entre tomas, explicó la productora ejecutiva, Jolene Rodríguez.
Con todo, 7th & Union es una de las pocas producciones cinematográficas que se han hecho en Hollywood desde que el gobernador Gavin Newsom dio la luz verde en junio.
Los temores sobre la salud del equipo, la incertidumbre y una segunda ola de casos de coronavirus han hecho que pocos productores de cine se atrevan a volver al set, algunos han optado por filmar en otro lugar o incluso en el extranjero.
Ningún otro estado de Estados Unidos ha sufrido más que California, que suma más de 610 mil casos de Covid-19, con 11 mil muertes.
«En un momento dado, nos preguntamos: ‘¿Paramos por la seguridad de la gente?'», recordó Rodríguez. «Pero al final pudimos lograrlo».
Optimismo cauteloso
Los permisos para filmar en Los Ángeles cayeron a un tercio de lo habitual, según la organización sin fines de lucro FilmLA, y la gran mayoría de ellos son para hacer anuncios y reality shows.
El principal obstáculo para los estudios de cine está en las discusiones entre los empleadores y los sindicatos para acordar un nuevo protocolo de seguridad para toda la industria.
«Hemos estado trabajando en esto muchas, muchas semanas… hay muchos asuntos complicados», dijo Duncan Crabtree-Ireland, director de operaciones del sindicato de actores SAG-AFTRA, que ha unido sus fuerzas con las agremiaciones de directores, técnicos y camioneros de Hollywood.
Entre los debates se encuentran las pruebas diarias para los actores que realizan «el trabajo más peligroso desde la perspectiva de la Covid», como escenas de sexo íntimo o de lucha.
Una vez que se completen las negociaciones -se espera un acuerdo para el próximo mes– el siguiente dolor de cabeza serán las pólizas de seguro.
El coste de reiniciar una producción solo para volver a cerrarla debido a un brote es tan alto, que las aseguradoras están excluyendo reclamos relacionados con la Covid de las nuevas pólizas.
«Lo que estamos escuchando… es que va a ser necesaria la participación del gobierno», dijo Crabtree-Ireland, señalando medidas similares a las impuestas en California para incentivar la cobertura por terremotos.
«Hay discusiones en curso tanto a nivel federal como estatal sobre cómo podría suceder eso».
Locaciones creativas
Por ahora, las producciones deben ser aprobadas por los sindicatos, que analizan cada caso por separado, basados en la frecuencia y el tipo de pruebas que se aplicarán, especialmente en los rodajes de bajo presupuesto.
Crabtree-Ireland destacó por ejemplo el surgimiento de pequeñas compañías que ofrecen los tests a producciones que no pueden costear hacerlas y tercerizan el servicio.
Entre tanto, los productores se han vuelto creativos en cuanto a las locaciones, ya que en zonas públicas concurridas no es factible filmar, dijo el presidente de FilmLA, Paul Audley.
«Los guionistas son muy inteligentes, por lo que sabemos que algunos de los programas los están ambientando en zonas más aisladas, como una zona industrial», dijo a Afp.
También está quien ha decidido filmar sin ningún tipo de permiso.
«La queja número uno que hemos recibido es por filmaciones ilegales», dijo Audley, agregando que los residentes de Los Ángeles, cautelosos ante el coronavirus, están más atentos que nunca a los rodajes clandestinos.
Con todo y a pesar del crecimiento de otros centros de filmación como el estado de Georgia -donde el magnate Tyler Perry estableció un «campus» de producción autónomo de 133 hectáreas- muchos cineastas parecen decididos a permanecer en Los Ángeles.
La capital del cine cuenta con una abundancia de servicios de apoyo, como seis compañías dedicadas al reciclaje de sets de películas y manejo de basura, dijo Audley.
«Nuestros miembros prefieren trabajar cerca de casa, y creo que especialmente en tiempos de incertidumbre como éste, se sienten más cómodos acá», dijo Crabtree-Ireland.