FUENTE: LA JORNADA/Héctor Briseño, corresponsal.
Acapulco, Gro., Decenas de familias, la mayoría procedentes del centro del país, disfrutan las apacibles aguas de playa Tlacopanocha, en la zona tradicional del puerto, donde ignoran el riesgo de contagiarse de Covid-19 almorzando a la orilla del mar pollo rostizado, plátanos fritos, algodones de azúcar, pescadillas y helados.
La sana distancia se respeta muy a fuerzas en Tlacopanocha, donde cuatro filas de 20 sombrillas cada una, dispuestas sobre la franja de arena, conforman un pequeño oasis para familias completas, a las cuales los comerciantes con cubrebocas ofrecen productos vacacionales y comida.
En días ordinarios, los residentes acapulqueños abordan camiones urbanos sin utilizar cubrebocas, participan en protestas y fiestas colectivas, reuniones oficiales, conferencias y encuentros políticos. A estas fuentes de trasmisiones de coronavirus se suma la indiferencia de los visitantes en periodos vacacionales.
Con motivo del fin de semana de Día de Muertos, grupos de turistas llenaron las playas más importantes de Acapulco. El puerto tuvo este domingo una ocupación hotelera promedio de 38.7 por ciento.
El seguimiento de las medidas sanitarias es desigual. La mayoría de los prestadores de servicios procuran usar cubrebocas, lo que no hacen los bañistas. No podemos pelear con ellos, porque si no, no nos rentan la banana (tubo de plástico inflado remolcado por una lancha) ni nos consumen. Al menos aquí sí guardamos la sana distancia entre las mesas. Ya en su espacio, entre ellos, es cuando se quitan la protección
, comentó Fernando, cooperativista de playa Icacos, en la zona Dorada.
Resaltó que Acapulco necesitaba un fin de semana como éste para resarcir un poco las pérdidas del año.
La situación es parecida en la playa Revolcadero de la zona Diamante. Decenas de familias se aglomeran bajo palapas atendidos por trabajadores con cubrebocas.
Ayer, el gobernador priísta Héctor Astudillo Flores destacó que cada fin de semana surgen en Guerrero rebrotes de Covid-19. Aseguró que las cifras de ocupación hospitalaria no reflejan la realidad porque los aquejados prefieren recuperarse en sus casas, pero existe evidencia del crecimiento de contagios luego de los días de mayor afluencia turística.
Recalcó que no se puede regañar a los turistas, pero este lunes se darán a conocer nuevas medidas sanitarias para buscar llegar de la mejor manera
a diciembre, mes importante para el sector turístico estatal.
Si bien la Secretaría de Salud estatal exhibe una disminución de casos de coronavirus confirmados en Guerrero, hasta el domingo se habían registrado 22 mil 187 contagios y habían fallecido 2 mil 261 pacientes, casi la mitad en Acapulco, donde se han corroborados mil 91 decesos y nueve mil 847 enfermos.
El secretario de Turismo de Guerrero, Ernesto Rodríguez Escalona, advirtió el 12 de octubre que los visitantes no utilizan cubrebocas en las playas, a pesar de los anuncios en medios oficiales y en los propios sitios de recreo. Sin embargo, también un alto porcentaje de habitantes de Acapulco muestran renuencia al cubrebocas y a guardar sana distancia.
Un trabajador del Acabús –sistema de transporte colectivo que da servicio en Acapulco– reportó que una mujer mordió a un guardia en septiembre pasado cuando intentó aplicarle líquido desinfectante en una estación. Asimismo, los camiones articulados llegan a circular con más de 100 pasajeros en horas pico.
La presidenta municipal Adela Román Ocampo informó ayer que durante una operación realizada la noche del sábado, en la cual participaron burócratas de dependencias municipales, efectivos del Ejército Mexicano, de la Marina y de la Guardia Nacional, al igual que policías estatales y locales, fueron dispersadas más de 300 personas que departían en una fiesta, se clausuraron dos bares que tuvieron aforos excesivos y también fue cerrado un jardín de fiestas que incumplía con las disposiciones sanitarias.