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Desempleo en México superará al de crisis de 2009: OCDE

Reactivación de las actividades en el Centro Histórico de la capital del país. Foto Roberto García O.

Reactivación de las actividades en el Centro Histórico de la capital del país. Foto Roberto García O.

FUENTE: LA JORNADA/Dora Villanueva.

Ciudad de México. El desempleo en México alcanzará niveles más altos que durante la crisis financiera de 2008-2009. Hasta el momento, se prevé que esta tasa alcance un máximo 7.2 por ciento en el segundo trimestre de 2020 y caiga a 5.9 sólo hasta finales de 2021.

Sin embargo, de haber una segunda ola de contagios, la escasez de puestos de trabajo para la demanda de quienes buscan un ingreso laboral escalará hasta 7.5 por ciento en los últimos tres meses de este año, calcula la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“Se prevé que el empleo en México disminuya sólo marginalmente en 2020 y vuelva a los niveles anteriores a la crisis en el segundo trimestre de 2021. Sin embargo, aunque todavía es pequeño en comparación con otros países de la OCDE, el aumento previsto de la tasa de desempleo es significativo y está por encima de los niveles de la crisis financiera mundial de 2009”, detalló en una nota de análisis para el país.

Las estimaciones tienen como antecedente que durante los dos primeros meses de la crisis de Covid-19 en México, se registró una de las mayores caídas en horas trabajadas entre todos los países de la OCDE de los que se dispone de datos, de 22 por ciento.

Mujeres con mayor riesgo de caer en la pobreza

La organización agregó que si bien México ha introducido medidas de apoyo a los ingresos, entre ellas el pago anticipado de pensiones para los ancianos y los discapacitados y el apoyo financiero a los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores rurales, las empresas familiares y los grupos vulnerables, así como alivios fiscales y de nómina en gobiernos locales, hay varios instrumentos que pueden mejorar para los sectores más vulnerables.

Debido a que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de trabajar a tiempo parcial en el país, lo que implica mayor precarización de la actividad, son más susceptibles a caer en la pobreza. El 59 por ciento de todos los trabajadores a tiempo parcial son mujeres. Además, la incidencia del empleo femenino de tiempo parcial (26 por ciento), en México es 3 por ciento más alto que en el promedio de la OCDE.

Covid-19 afecta empleo 10 veces más que crisis financiera

De acuerdo con la OCDE, la crisis por Covid-19 ha tenido un impacto diez veces mayor que el observado en los primeros meses de la crisis financiera mundial de 2008. En enero, las horas trabajadas han caído 12.2 por ciento en los primeros tres meses de crisis, en comparación con 1.2 por ciento que lo hicieron en el mismo periodo de hace 13 años.

Tan sólo en mayo pasado, los desempleados en los países adheridos a la organización sumaron 54.5 millones. Tampoco hay nueva oferta de trabajo, los anuncios de trabajo en línea cayeron 35 por ciento entre febrero y mayo en Estados Unidos y en los países europeos de la OCDE.

La OCDE estima que el promedio de desempleo en los países que la conforman escale 9.4 por ciento al cierre de 2020, un aumento de 5.3 por ciento más respecto a 2019. En caso de una segunda ola de contagios antes de que termine el año, la tasa aumentaría hasta 12.6 por ciento.

Según las proyecciones del organismo, la recuperación del mercado laboral será gradual. La tasa de desempleo se mantendrá por encima del nivel máximo observado durante la crisis financiera mundial, con una tasa mínima de 7.7 por ciento para el final de 2021, y 8.9 por ciento en caso de una segunda ola.

A fin de paliar los efectos en el trabajo, la organización recomendó priorizar la implementación medidas de salud en espacios de trabajo, dado que aproximadamente la mitad de todos los trabajadores están empleados en una actividad que requiere interacciones físicas significativas y, por lo tanto, enfrentan un riesgo de contagio.

También llamó a dar licencia por enfermedad remunerada, que los esquemas de retención de empleos se dirijan sólo a aquellos trabajos que están en riesgo de ser terminados pero viables a mediano y largo plazo; adecuarlos apoyos al ingreso a medida que avanza la crisis; ampliar los servicios de empleo públicos y privados; capacitaciones en línea y físicas para quienes buscan trabajo; subsidios de contratación, entre otros.

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