FUENTE: LA JORNADA/David Brooks, corresponsal.
Nueva York. Con 3.2 millones más de desempleados en el sector formal reportados durante la última semana, la cifra total de los que han perdido su trabajo asciende a mas de 33 millones desde marzo reporto el gobierno federal, mientras que otros indicadores y disputas sobre la economía mostrando que las dimensiones de la catástrofe provocada por el manejo poltiico de la pandemia esta llegando a dimensiones sin precedente desde la Gran Depresión.
Economistas ahora pronostican que la tasa de desempleo oficial en el informe mensual del gobierno que se presentará este viernes superará el 15 por ciento, pero en algunos estados 25 por ciento de la fuerza laboral activa está desempleada. El sector más afectado es el más vulnerable, con nuevos análisis calculando que 35 por ciento de los trabajadores en empleos de bajo salario han perdido su empleo.
Estas cifras oficiales solo registran a trabajadores que han solicitado beneficios de desempleo, y no incluyen a los del sector informal o inmigrantes indocumentados. Por lo tanto la cifra real de desempleo es mucho más alta, aseguran analistas.
La cascada incesante de malas noticias económicas, como la de hoy, agregan a la presión sobre políticos y otros para suspender algunas de las medidas de mitigación de la pandemia. El presidente Donald Trump y sus aliados han insistido que es urgente proceder hacia una “reapertura” de la economía a pesar del consenso entre expertos de salud pública de que hacerlo antes de cumplir con ciertos criterios de control de la pandemia solo provocara más olas de infección.
La Casa Blanca rechazó un borrador elaborado por el Centro de Control de Enfermedades, su propia agencia federal, con recomendaciones sobre como proceder hacia una reapertura sanitaria y segura de varios sectores, al calificarlos de demasiado rígidos, reportó el New York Times.
Por ahora una mayoría de estados están relajando sus medidas a diferentes ritmos y a veces de manera caótica y hasta ridícula (en Georgia entre los sectores comerciales que tienen permiso para reabrir son los de servicios de masajes y tatuajes). Otras están procediendo con más cautela. Michigan, bajo su gobernadora demócrata Gretchen Whitmer, acaba de anunciar que permitirá el retorno de trabajadores de manufactura a partir del lunes, sobre todo para reactivar el sector automotriz. Todo mientras no se ha reducido la incidencia de casos en el país (unos 25 mil nuevos son reportados casi cada día).
Mientras tanto, hoy se reveló que el secretario de Salud, Alex Azar había comentado en una conversación con legisladores a fines del mes pasado que los trabajadores eran los que estaban llevando el virus a las plantas de procesamiento de carnes -más de 20 han tenido que suspender operaciones con cientos de contagiados y por lo menos 20 muertos -señalando que tenía que ver más con los aspectos de “hogar y sociales” de las vidas de los trabajadores que las condiciones dentro de las plantas, reportó Politico.. Vale recordar que una gran parte de estos trabajadores son minorías y/o inmigrantes. Trump ha ordenado la reapertura de estas plantas.
Curiosamente, la Bolsa de Valores de Nueva York tuvo una sesión positiva, encabezada por el valor de acciones de la grandes empresas tecnológicas como Microsoft, Apple y Amazon -cuyos dueños figuran entre los hombres más ricos del mundo y han visto sus fortunas personales incrementarse durante el desastre económico para decenas de millones – y algunas más pequeñas como Zoom y Netflix que se están beneficiando de las condiciones actuales con casi todo el país obligado a vivir “online”, y esperan que continuará la generosidad del gobierno en sostener a sectores vitales de la economía.
Al mismo tiempo, con indicadores alarmantes y sin precedente de una alza en niveles de “inseguridad alimenticia”, o sea hambre, legisladores republicanos están frenando por ahora ampliar el principal programa federal de asistencia de alimento para los pobres.
Por otro lado, enfermeras del sindicato nacional National Nurses United realizaron una protesta frente a la Casa Blanca denunciando la falla del gobierno en proteger a los trabajadores de salud, colocando 88 pares de zapatos blancos de enfermeras representando a sus colegas que han muerto del virus.